Esta vez le toca el turno a mi Mimi Hernández, un auténtico
tesoro.
Mimi es una de esas personas difíciles de encontrar, pero
que una vez que la has encontrado es imposible no quererla, cuidarla,
protegerla…
Este año va a empezar a luchar por su sueño, a estudiar lo
que realmente le gusta, lo que desea, comunicación audiovisual. Estoy segura de
que va a triunfar y va a llegar donde ella quiera porque aunque no es fácil, es
consciente de ello y va a luchar para conseguirlo.
Si tuviese que describir a Mimi, diría que es una persona
muy especial, una persona con estrella. Es alguien que siempre está dispuesta a
tenderte una mano, a escucharte cuando necesitas desahogarte, a apoyarte
incondicionalmente, a aconsejarte… Siempre se alegra de tus éxitos, comparte tus
alegrías, intenta aliviar tus tristezas, siempre tiene una palabra adecuada,
que incluso en los malos momentos, te saca una sonrisa.
Es una niña grande, una loquilla, un culo inquieto…
desprende energía y vitalidad por todos lados. Es la alegría personificada,
siempre tiene una sonrisa en la cara, un brillo en los ojos, una mirada que
desprende dulzura y ternura.
Ella llegó a mi vida en un momento complicado y poco a poco
se ha hecho su hueco en mi corazón. Se ha convertido en más que una amiga, en
una hermana.
Desde que la conozco a ella, a Irina y a María comprendo el
significado de esa frase que dice “Los amigos son la familia que uno elige”,
porque sí, ellas se han convertido en mis hermanas y aunque no lo sean de
sangre, lo son de corazón.
Mimi me ha enseñado a darle a las cosas importantes el valor
que realmente tienen, a saber distinguir las cosas que merecen la pena de
verdad de las que merecen la pena solo en un momento determinado y que luego no
llevan a ningún lado.
Me ha dado una lección magistral de lo que es la amistad
verdadera, de lo que es la bondad, de la expresión de sentimientos y sobre todo
me ha enseñado a soñar, a creer que todo es posible si se lucha lo suficiente,
a no dejarme vencer por nadie, a levantarme cuando me ha caído…
Puedo decir que soy muy afortunada de tenerla conmigo y que
si teneis la oportunidad de conocerla, no desperdiciéis la oportunidad, porque
contar con ella, va a ser uno de los mejores regalos que os de la vida, os lo
aseguro.
La quiero, la adoro y la vuelvo a querer…